esto sucede por quitarles animales muertos que quedan por el monte, se lo lleban camiones a incinerar a Bilbao y luego pasa esto:

ESTO SE PUBLICO:
Una manada de buitres se ensaña con treinta ovejas vivas en Treceño
Una manada de buitres se ensañó el pasado viernes con una treintena de ovejas vivas a las que mató o dejó muy mal heridas. Ocurrió en Treceño, donde los vecinos todavía no se han sobrepuesto al auténtico escarnio que los buitres hicieron en el lugar.
A Mercedes Tárano le mataron dos ovejas. «Siempre vamos a verlas a media tarde», dice esta vecina. «Aquel día fuimos y nos encontramos con que los buitres habían matado a varias ovejas y dejado a otras gravemente heridas», comenta. Tenía 25 ovejas y mucha suerte, porque solo perdió dos. José Manuel Arteche y Carolina García, ésta última de San Vicente del Monte, son los dueños del resto de ovejas afectadas. Cuando fueron a verlas se encontraron con el panorama. «Había ovejas picadas, vacías por dentro», describe Mercedes.
Según explica, «antes dejaban a los animales muertos en el monte y los buitres tenían qué comer, pero ahora ya no, ahora los retiran, y los buitres tienen hambre y atacan a las ovejas vivas». Cuando vieron lo que había sucedido, los vecinos llamaron al 112 para que informara a los agentes forestales, que ayudaron a los ganaderos a buscar a las ovejas que faltaban. «Encontramos cadáveres, huesos y algunas abiertas y picadas».
Supieron que habían sido los buitres porque encontraron plumas y excrementos y entendieron que lo sucedido sólo podían haberlo hecho estas aves. «Creo que fueron alrededor de 18 o 20 en total los que atacaron a las ovejas».
Son las consecuencias de llevarse los animales muertos, porque así se rompe la cadena alimenticia. «Nunca había pasado nada igual. Nosotros las subimos al monte porque no teníamos donde dejarlas y cuando fuimos a recogerlas, los buitres estuvieron merodeando a nuestro alrededor. Pasamos miedo», insiste Mercedes.
Ahora, los vecinos del pueblo se preguntan qué medidas va a tomar la Consejería de Ganadería, ya que de momento nadie ha dicho nada. En tanto explica todo lo sucedido, Mercedes enseña un papel en el que reclama los daños producidos por la fauna silvestre a la Dirección General de Biodiversidad». Se indigna. «Estoy esperando a que nos llamen desde el Gobierno de Cantabria para preguntar qué ha pasado y hacer algo al respecto».
Mercedes exige que se tomen las medidas que sean necesarias para evitar estas muertes, pues entiende que «todo esto puede volver a suceder y por eso ya no las llevamos a la montaña». Y habla de muladares, «sitios donde se llevan desperdicios para que los buitres se alimenten», explica.
Desde el pueblo, los vecinos se quejan de que los buitres no tienen animales muertos y por eso atacan a los vivos. «Cualquier día pueden hacer daño a una persona», afirman. Por el momento, Mercedes y su familia está tratando de curar a una superviviente. «Tiene la pata mal y el labio resquebrajado, pero va a sobrevivir», aseguran. Y sentencian: «El tema no es que nos paguen el daño sufrido; sólo queremos que no vuelva a ocurrir».